top of page
  • Foto del escritorMarco Lari

Imperio Inka en 48 horas


Cusco es un destino que se encuentra en la lista de millones de personas como uno de los obligados a visitar en el mundo. Mis amigos de Costa Rica, Valeria Meneses y Ashur Youssefi, del Team Exotic Trail, no son la excepción y desean cumplir ese sueño, pero contábamos con poco tiempo para lograrlo.


Con el fin de poder cumplir con los tiempos, busco al coach Pablo Ostolaza del Team Inkansables. Le presento el reto, empieza a dar ideas, nos reunimos y me plantea una propuesta de 48 horas para hacer realidad lo imaginable.


Nuestros amigos costarricenses nos visitaban para participar en 3 Piedras Stage Run, una carrera por etapas donde se recorren 100 kilómetros en 3 días en el norte de Lima. Sabiendo esto y aprovechando su estancia, Pablo propone algo rápido para que Valeria y Ashur puedan visitar y sentir una de las 7 Maravillas del Mundo moderno… Machu Picchu, y el Huayna Picchu.


No dudé en aceptar la propuesta y arrancamos a darle forma a tremendo reto… era obvio que íbamos a recorrer algún Camino Inca (Qhapaq Ñan). Tomó pocas semanas organizar el viaje a Cusco.


Para realizar este viaje teníamos una condición, que todos estemos preparados físicamente para poder lograrlo y qué mejor que contar con amigos dedicados al deporte. Así que por ese lado no tuvimos ningún inconveniente, solo debíamos tener presente que Valeria y Ashur iban a tener 100 kilómetros acumulados en las piernas por participar en 3 Piedras Stage Run.


Planteamos el itinerario a los costarricenses… y aceptaron sin pensarlo. Nunca tuvimos un pero, confiaban plenamente en cualquier situación que les propusiéramos. Ellos terminaron la carrera 3 Piedras el 2 de noviembre en Huarmey, a 300 kilómetros de Lima, y regresamos a Lima por la noche para luego partir a las 3:00 a.m. del 3 de noviembre al aeropuerto.



A las 6:30 a.m. ya estábamos en el aeropuerto internacional de Cusco. Nos esperaba Javier con una movilidad para llevarnos al mercado de San Pedro a tomar desayuno y luego directo al inicio del Qhapaq Ñan. Estuvimos disfrutando del momento y aclimatándonos antes de lo que estaba por venir. Nos dirigimos a Lucmabamba donde iniciaríamos el Camino Inca por una ruta no muy transitada en autosufisiencia alimentaria. Antes realizamos una parada en Ollantaytambo para tomar mate de coca, luego pasamos el abra Malaga a 4,200 msnm y en Santa Teresa nos detuvimos a almorzar y recargar los alimentos necesarios para el recorrido. Nuestros amigos de Costa Rica estaban impresionados con los distintos paisajes de los diferentes pisos altitudinales por donde pasábamos.


Llegamos a Lucmabama a las 3:50 p.m. Increíble lugar, se sentía la naturaleza por dónde miraras, muchos sonidos de pájaros nos acompañaron varios metros al inicio del Qhapaq Ñan y me quedé pegado escuchándolos. El Camino Inca nos va llevando hasta Llactapata, un centro arqueológico que tiene una vista privilegiada de Machu Picchu y Huayna Picchu. Antes del atardecer y con el cielo despejado, llegamos a Llactapata donde todo el esfuerzo fue recompensado por las impresionantes vistas. Logramos ver toda la Maravilla al otro lado de la quebrada. Eramos 4 amigos en un lugar con mucha energía con ganas de devorar la vida con experiencias. Aprovechamos para cantarle Cumpleaños feliz a Ashur y continuamos rumbo Aguas Calientes.



Nos esperaban varios kilómetros en la oscuridad. Ni bien comenzamos a bajar empezó a oscurecer, fuimos a paso tranquilo para no echar a perder el viaje con alguna torcedura de tobillo o cualquier otro imprevisto. Se hace tarde, pero llegamos con la energía al máximo a la Hidroeléctrica, último paso para llegar a Machu Picchu por una vía de rieles. Todo el recorrido sinuoso fue demandante y con olor a naturaleza, pero tuvimos de nuestro lado el clima que nos mantuvo a una temperatura ideal.


El recorrido por los rieles de tren es de otra dimensión, son más de 10 kilómetros constantes por donde pasa el tren, pero el equipo está entrenado para sumar kilómetros sin importar el tipo de terreno. Unos cuantos perros callejeros nos acompañan, por un par de kilómetros, al inicio del trayecto. Son esos momentos donde se recarga al máximo la energía de los perros. Eramos los 4 más unos 10 canes acompañándonos por las vías del tren… cuando los perros se juntan, no hay nada que los pare. Ahí es donde uno piensa lo importante de trabajar en equipo, contar con personas que sumen hacia el objetivo final. ¡Si no fuera por la manada, la vida de una sociedad no surgiría!


Fueron aproximadamente 25 kilómetros para llegar a Aguas Calientes, de noche, directo a Tierra Viva Hoteles, gran lugar y merecido recibimiento para todos los turistas que desean visitar Machu Picchu. Nos instalamos rápido para poder ir a comer unas pizzas y tomar unas cervezas celebrando el cumpleaños. Una celebración más porque el viaje aún no terminaba.


El día 4 de noviembre a las 7:00 a.m. tomamos desayuno y a las 8:00 a.m. nos encontrábamos caminando rápido hacia Machu Picchu. Empezamos la ruta a pie, donde nos reciben muchos escalones y falsos planos que nos motivan a acelerar el paso, bien acompañados por un perro al que le pusimos Rambo, y llegamos hasta la entrada a Machu Picchu. Observo los rostros de Ashur y Valeria, quienes estaban por primera vez observando tremendo espectáculo… ¡¡¡Machu Picchu!!! No dejaban de admirar tanta maravilla. Los ojos brillosos de tanta emoción, nos daba satisfacción haberlo conseguido… un sueño hecho realidad. Estos momentos demuestran que, juntas, las personas podemos conseguir grandes cosas si nos enfocamos y sumamos energías para conseguirlo. Nada está por dado, si las personas no se motivan a realizar lo que se proponen, difícilmente sus sueños les van a caer del cielo. Debemos ser responsables, actuar con respeto hacia las personas, la naturaleza y nuestro entorno. A todo lo que nos rodea debemos admirarlo y respetarlo para que la vida nos tome en cuenta y para que se haga realidad lo imaginable. ¡Sólo confíen y disfruten el camino!


Nos faltaba completar un reto adicional, subir al Huayna Picchu. Paso a paso nos acercábamos, subiendo los escalones que nos hacían tratar de entender cómo fue posible que alguien lograra diseñar y colocar con tanta perfección las piedras, cada detalle, cada centímetro de genialidad nos demostraba que todo es posible.


Logramos coronar el Huayna Picchu, nos llenamos de energía; el silencio era necesario, los ojos no saben a donde observar, uno quiere comerse todo y que todo se le quede de por vida en los ojos y el corazón. Recargados al máximo empezamos el descenso, pero nos quedaba un lugar adicional poco frecuentado, el Templo de la Luna, teníamos que bajar hacia la otra cara de la montaña y, otra vez, ¡quedamos asombrados con lo que observamos!


Descansamos y disfrutamos el momento en el Templo de la Luna, seguíamos discutiendo sobre como haríamos para copiar lo que los incas consiguieron construir… todo lo que decíamos era en vano… no estoy seguro si los estudiosos del tema tendrán la respuesta. Solo nos queda volver a afirmar que todo es posible si las personas están orientadas hacia el bien común, no importa sus creencias, religiones o en qué zona geográfica nacieron. Si buscamos el bien común todo será posible.


El descenso hacia Aguas Calientes fue por ratos en silencio, como si cada uno de nosotros estuviéramos soñando cada paso. Además, el cansancio acumulado te lleva al silencio, el ahorro natural de energía que el cuerpo y mente necesitan se activa con muchas acciones que son inconcientes. Una vez en nuestro destino final, seguimos para almorzar y empezar nuestro retorno a Cusco en el tren. Primero llegamos a Ollantaytambo, luego en una van hasta Cusco directo a Tierra Viva Hoteles para descansar y partir a las 3:30 a.m. hacia el aeropuerto internacional de Cusco rumbo a Lima.


Concluyo, 4 amigos caminando en manada logramos lo imaginable. Rutas y vistas soñadas por personas en el mundo entero logradas en 48 horas. Solo sueña, planifica, sé responsable, anda por la vida con respeto hacia las personas y la vida en general para que la vida te devuelva lo imaginable.

bottom of page