Lugano, Suiza

Sentados disfrutamos del descanso, algunos descansan en cuclillas, otros de pie y otros tumbados en el mar.
¡Porque llegué tarde!
Veo dos aves calentando el cuerpo a temperatura solar, esperando que el alcohol se evapore de sus sangres.
Veo dos vasos de cerveza vacíos y mi garganta se refresca al contemplar el disfrute de la vida al borde del lago.
¡Hubiese acelerado el paso!
Y haber podido disfrutar de tan grata compañía.
Mi garganta está seca sin poder dar un sorbo a las grandes historias que imagino me contarían las aves.
¿Cuántos cielos habrán divisado?, ¿cuántas montañas y senderos habrán recorrido desde lo alto?, y ¿cuántos vientos habrán desafiado?.
¡Aplaco mi sed con la vida misma!