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  • Foto del escritorMarco Lari

Me gusta, no me gusta


Me gusta una banca en un parque.

No me gusta escribir en una libreta alta, porque mi forma de escribir no me permite estar cómodo. Hace unos años no me gustaba el café pero ahora lo disfruto muchísimo; como cuando de muy niño, buscaba querer tocar los colores

metálicos de los autos. Me gusta recordar cuando mi abuela pasaba sus

dedos por mi cara simulando ser una mosca. Me gusta el olor a útiles de

colegio; y cuando los cuadernos estaban forrados, guardarlos en la

mochila en orden de tamaño. No me gusta llegar tarde y detesto la

sensación cuando estoy por llegar tarde de la hora pactada.

Me gusta una banca frente al mar.

Me gusta revolcarme en la arena caliente de una playa pero no me gusta despertar luego de revolcarme en alcohol. Me gusta la sonrisa de mi hermana y la fortaleza de mi madre (incansable). No me gustan las sirenas de auxilio pero si me gustan los colores que reflejan. Me gusta cuando camino al mar sin verlo. No me gusta cuando siento pereza pero es necesaria para recuperar el cuerpo y mente. No me gusta nadar en la piscina pero me

encanta nadar en el mar.

Me gusta una banca en una colina.

No me gustan los pelos en la oreja pero disfruto chancarles las orejas a mis sobrinos y, además, me gusta morder muy suave una oreja perfumada. Me gusta escuchar cantantes callejeros en lugares transitados. No me gusta cuando se atraca el reloj con la mochila a la hora de ponérmela, pero se me olvida todo cuando conecto con ojos intensos. No me gusta correr riesgos con las apuestas pero me gusta correr grandes distancias sin parar.

Me gusta una banca en una montaña.

No me gustan mis pelos largos del brazo pero me gusta cuando los acaricias. No me gusta un lapicero sin tinta o un lápiz con la punta rota. Me gustan los perros y sus vidas, si

piso sus gracias solo me las limpio para seguir por un buen camino.

Me gusta una banca junto a ti.

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